Durante la exploración se busca y se determina que minerales pueden ser extraídos mediante la construcción de una mina.

Estos se pueden encontrar en concentraciones importantes en vetas y filones o de forma dispersa entre las rocas.

Aquí se confirma la forma, la distribución, la cantidad y la calidad de los minerales, mediante análisis de laboratorio e investigaciones directas en el terreno. También se crean mapas topográficos de acuerdo con el tipo de rocas y minerales.

Mediante trabajos directos en el terreno, se realizan zanjas, perforaciones y pozos para determinar la forma del yacimiento y se decide el método de extracción.

Además, se hacen análisis químicos para seleccionar el tratamiento metalúrgico que se le dará al mineral.

Ahora se debe comenzar a construir la infraestructura necesaria para la mina: los caminos, la electrificación, la red hidráulica, la preparación del terreno y otros.

Parte de esta infraestructura es aprovechada por las comunidades vecinas.

Para iniciar cualquier exploración de un terreno, es necesario, primero solicitar y obtener una concesión minera otorgada por la autoridad competente.

Además de ésta, se requieren permisos por parte de dependencias del Gobierno Federal. Para conseguirlos se cumplen estrictos requisitos y estándares internacionales en materia ambiental, de seguridad y salud ocupacional entre los principales.

Al contar con los permisos, es posible comenzar la instalación minera completa. Ésta incluye la mina, instalaciones metalúrgicas, depósitos para material estéril y la infraestructura necesaria para la operación.

El geólogo cuenta con equipo especial que le permite realizar su trabajo de forma eficaz y segura.

Sus actividades principales son la de explorar la zona, hacer mediciones, así como tomar y analizar muestras de roca bajo el microscopio.